lunes, 1 de febrero de 2010

La Necesidad de Identificar las Perdidas Durante el Duelo


“…Pero vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas.” Mt.6:32


El proceso del duelo es largo y doloroso, y es durante este difícil viaje que nos damos cuenta que no es solo enfrentarse a la soledad y a la ausencia física del ser amado, sino que también se añaden otros aspectos de la vida.

Con la pérdida de un ser querido, no solo sufrimos su ausencia física, sino también nos enfrentamos a perder tantas cualidades y facetas que son las que se convertirán en una oportunidad de experimentar aun más el dolor y la perdida.

Cuando se transita el viaje del luto y el dolor, es sorprendente descubrir la gama de cosas por las cuales se necesita hacer duelo. Después de la repentina muerte de mis padres, he estado Identificando las perdidas y preparándome para hacer duelo de cada una de ellas, porque extraño y me hacen mucha falta tantas cosas que en principio no había identificado.

Por ejemplo yo extraño su Compañía, con ellos compartía los más pequeños secretos. Su Amor, era con ellos con quienes me desahogaba y lloraba, de ellos venían las palabras de aliento y de ánimo. Su Apoyo, extraño aquellos brazos siempre dispuestos a darme soporte y confort.

Extraño las hermosas manos de mi madre que preparaban unas deliciosas comidas con dedicación y amor, Extraño las manos de mi Padre, reparando, y arreglando cada cosa en nuestra casa. Extraño no tener con quien hablar y con quien compartir lo mas intimo de mi ser.

Es la Ausencia, la soledad que quema los huesos, y el dolor profundo del alma y del corazón, lo que te lleva a reflexionar y a pensar en todo lo que pudiste haber hecho, lo que te negaste a vivir, lo que te reprimiste a experimentar, lo que callaste y no te atreviste a decir lo que dejaste para después es lo que de tristeza te llenara…


No es lo que...
…Lo que has hecho, sino lo que no has hecho,
Lo que has dejado de hacer, lo que te puede causar tristeza y dolor al caer el sol,
Es la Ayuda que no te atreviste a dar,
Es la caricia que negaste y no osaste gozar,
Es la sonrisa que no diste y murió sin nacer,
Es la mano que no tendiste,
Es el abrazo que reprimiste,
Es la piedra que no quitaste del camino para otros,
Es la vida que te negaste a vivir,
Es la felicidad que no disfrutaste,
Es el beso que no diste,
Es el perdón que negaste,
Es el “te quiero” que no te atreviste a decir,
Es el “lo siento” que no pronunciaste,
Y que dejaste para después, el que de tristeza te llenara,
Son los sueños que no hiciste realidad, los que añoraras,
Son las palabras que te negaste a oír de las que te arrepentirás,
Son las palabras cariñosas y amables de las que te avergonzaste y no dijiste,
Las que te harán llorar,

No es lo que has dicho, sino lo que has callado,
Lo que al caer el sol te abatirá y de tristeza te llenara,
Y al final del ocaso de tu vida,
Cuando mires atrás, y ya sin tiempo al caer el sol,
Es de todo esto de lo que te arrepentirás…


Dígale a Dios en voz alta todas las pérdidas que ha identificado y hable todo lo que pueda hasta que se quede sin palabras para decir, Nunca trate de evitar este paso, es indispensable para la sanidad y recuperación de su dolor y perdida.
“Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús” Fil 4.19 .
Recuerda, Dios siempre suplirá tus necesidades, y te proveerá de todo lo que necesites en esta tierra; aun el valor para enfrentar la muerte y la pérdida. Dios conoce tus necesidades más profundas.

Oh Dios, ayúdame a enfrentar esta gran perdida, y llena en mi todos estos vacios que han quedado en mi corazón y en mi vida, sostenme en tus brazos cuando no puedo más. AMEN

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Fuente de información: Poema tomado de un audio libro relatado por Bibiana Balboa. La Biblia, versión Reina Valera.