sábado, 23 de octubre de 2010

Siempre Dios es la esperanza de un nuevo comienzo

“En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo” Juan 16.33


La vida no es fácil, Jesús nos advierte sobre la aflicción que vamos a tener en el mundo y cuando nos vemos frente a la derrota, al fracaso, al dolor, y nuestros sueños e ilusiones de repente se rompen, sentimos que la vida se acaba, las esperanzas se esfuman de nosotros y aunque sintamos que las condiciones no pueden ser peores, aun podemos oír la voz de Dios diciéndonos Confía, yo he puesto “otra semilla”, yo te voy a dar “nuevas cosas”.

En Estados Unidos y el mundo, con la crisis económica algunos han perdido grandes inversiones y muchos han perdido sus casas, sus trabajos, sus matrimonios; pero otros como yo han perdido seres queridos, que es una perdida incalculable e insustituible.

Confieso que aunque vivo en USA mi sueño era regresar a mi país y pasar los últimos días al cuidado de mis padres, pero fui sorprendida con la muerte repentina de ellos, y ante situaciones como esta el sentimiento de vacío y el profundo dolor que se siente son indescriptibles, y se piensa que la vida ha concluido, que todo está terminado; pero aun en los momentos más oscuros y difíciles de la vida, se puede conocer más del amor y la misericordia de Dios.

“Dios ha puesto otra Semilla para nosotros” Génesis 4:25

Imagínese la desilusión y la devastación que Adán y Eva debieron haber sentido cuando ellos descubrieron que su hijo mayor “Caín” había matado a su hijo menor “Abel”, Sin embargo Eva se reconforto y le dijo a Adán: Dios ha puesto una “nueva semilla” en mi en sustitución de Abel.

La expresión Dios ha “Puesto en mi otra semilla” significa “un nuevo comienzo” un nuevo sueño, una nueva casa, un nuevo ministerio, una nueva oportunidad, en mi caso Dios puso la semilla de un ministerio de consolación y apoyo, para aquellas personas que han comenzado el viaje “A través del dolor” de la perdida, cualquiera que ella sea.

Cuando atravesamos por estas pérdidas nos quedamos en el pasado, refugiándonos en nuestros propios errores y fracasos pero la vida sigue adelante, el universo no ha dejado de girar y el Altísimo ha puesto una “nueva semilla” debemos dejar ir el pasado y proseguir al futuro sin mirar atrás.

Observa que el espejo retrovisor de tu auto es muy pequeño en comparación con el vidrio delantero que es supremamente amplio. El pasado representa el espejo retrovisor, lo que queda atrás y lo que debemos dejar ir y el parabrisas grande es el futuro frente a nosotros con grandes oportunidades y opciones que nos dan una amplia panorámica. Cierre la puerta al pasado y de un paso adelante en el futuro que Dios tiene para usted y deje de mirar hacia atrás.

En los momentos difíciles, tenemos la tendencia a enterrar nuestros dones y talentos y dejamos en espera los sueños, pero esos talentos olvidados por nosotros y nunca tenidos en cuenta, y Dios los despierta, como en mi caso he encontrado en el escribir un desahogo, un propósito y una forma de sanidad.

Recuerda que Dios ha puesto en cada uno de nosotros una “nueva semilla”, siempre El nos ofrece un “nuevo comienzo” y también El hará nuevas sendas para nosotros.


“Todo vehículo tiene un parabrisas grande pero solo un espejo retrovisor relativamente pequeño”



Querido Padre Celestial, gracias por ser el Dios de segundas oportunidades y te pido que sigas edificándome para continuar consolando a todos aquellos que estén caminando “A Través del dolor”.

miércoles, 6 de octubre de 2010

Dios es Fuente de Paz en Medio de la Angustia

“Volvió el mar en seco; ellos pasaron a través de las aguas a pie…” Salmos 66.6

En los momentos más angustiosos de nuestra vida, tenemos que confiar en el Dios todopoderoso, El es el mismo Dios de ayer y el mismo Dios de hoy, El es el Dios de toda esperanza que prometió estar con nosotros siempre en toda circunstancia como lo es la enfermedad, el divorcio, la muerte, la perdida de seres queridos, y aunque nuestra confianza en las promesas de Dios, parece desvanecerse en los momentos difíciles de nuestra vida, El permanece fiel.

Así que recuerda la historia bíblica cuando Dios de manera asombrosa salva al pueblo de Israel. El pueblo escogido de Dios ha sido la nación de Israel, el pueblo amado que compró con su preciosa sangre y El ha prometido protegerlo aun en los tiempos difíciles. El es el mismo Dios que continua obrando con nosotros igualmente.

Los viajeros que hoy en día pasan a través del Mar Rojo y el Rio Jordán, siempre tendrán que regresar al pasado y ver la grandeza de la bondad y la misericordia de Dios, al recordar a los hijos de Israel quienes “Pasaron a través de las aguas a pie”.

“Cuando pases por las aguas, yo estaré contigo; y si por los ríos, no te anegarán. Cuando pases por el fuego, no te quemarás, ni la llama arderá en ti” Isaías 43.2

Aguas…ríos…fuego…llama. Muchos peligros simbolizados por estas palabras han confrontado a los israelitas en el trascurso de los siglos.

Estos mismos peligros enfrentamos nosotros hoy, porque cuando enfrentemos la muerte al pasar por las aguas, siempre debemos recordar que iremos tomados de la mano de Dios, que aunque los ríos vengan como problemas, y la angustia entre en nuestro corazón y la tristeza embargue nuestra alma, nada nos podrá ahogar.

Que aunque pasemos por el fuego, por la más ardiente prueba, al asumir y enfrentar la muerte de un ser amado, cuando el dolor y la soledad te queme los huesos, la promesa permanece firme que nosotros nunca seremos quemados, ni tampoco la llama podrá arder sobre nosotros; porque siempre tendremos a ese mismo Dios sustentador que nos ama, nos ha escogido y siempre nos llamara por nuestro nombre.

Como Dios ha prometido a la nación de Israel, su pueblo escogido, que vivirá en medio de cualquier prueba, de la misma manera la promesa es para nosotros hoy, que aunque vengan las aguas, los ríos, el fuego o las llamas aun permaneceremos y seremos sustentados porque Dios ha prometido protegernos como lo hizo con su pueblo escogido también lo hará con nosotros hoy en día.

Reclama las promesas de Dios porque…

“Dios no te llevara…


A aguas que Él no pueda dividir,

A riberas que Él no pueda cruzar,

Ni a dolor que Él no pueda sobrellevar.

Confía en Él para lo inesperado,

Y deja que te sorprenda y te deleite,

Al hacer lo inexplicable.

Obstáculo (Rio Jordán) Paso de Obediencia (las Sandalias Secas)

Querido Padre Celestial guíame para pasar a través de las aguas de aflicción y dolor, y protégeme como lo hiciste con el pueblo de Israel dame un corazón agradecido y dispuesto a permanecer en tu mano.