sábado, 28 de agosto de 2010

Una historia asombrosa de gracia

“John Newton, escritor, una vez infiel y libertino, traficante de esclavos, fue por la misericordia de nuestro padre y Salvador Jesucristo, preservado, restaurado, perdonado y puesto a predicar sobre la verdad"

La siguiente historia inspiradora, tocará nuestros corazones y avivará nuestras vidas al ver el ejemplo de un hombre de fe que transformó miles de vidas por proclamar la maravillosa Gracia de Dios.

”. Sublime gracia que dulce suena...! Así comienza uno de los mas amados himnos de todos los tiempos, el principal en los himnarios de la mayoría de las denominaciones durante casi doscientos años, y cuyo autor de estas palabras fue John Newton.


Habiendo sido hijo de un capitán, John Newton se hizo marinero de la Armada Real a sus escasos once años y luego se convirtió en miembro activo del más prospero negocio británico que era el tráfico de esclavos.

En Sierra Leone, llegó al punto de experimentar la muerte misma, que cambio su vida para siempre,  abandonando el negocio de trata de esclavos y convirtiéndose al cristianismo en 1748, al retornar a Inglaterra, contrajo matrimonio con el amor de su vida, Mary Catlett in 1750 y después por problemas de salud dejó su vida de marinero .


Después de su conversión, aprendió por sí mismo el idioma hebreo, el griego y el latín, Y estando a las orillas de Liverpool conoció a George Whitefield, diacono de la Iglesia de Inglaterra, evangelista, predicador y líder de la Iglesia Metodista de Calvino, y Newton se convirtió en un entusiástico discípulo.

También conoció a John Wesley, fundador del metodismo, y a través de su persistencia como fiel discípulo después de 16 años a la edad de 39 años, fue ordenado como sacerdote en la Iglesia Olney en Paris.

En 1767, el poeta William Cowper se hizo miembro de la Iglesia donde llegaron a ser muy amigos con Newton, ayudándole en los servicios religiosos, en las diferentes Iglesias en Inglaterra.

También surgieron las reuniones de oración y sus metas conjuntas eran escribir himnos variados para los diferentes cultos. En 1779, durante la primera edición fueron escritos por Cowper y Newton 68 himnos, y durante el largo de los años escribieron un total de 349 himnos, de los cuales 282 los escribió Newton.

LETRA DEL HIMNO AMAZING GRACE
En 1772 publicó su autobiografía, con una autentica narrativa, y este fue el gran cambio en su vida que lo inspiro a escribir, la letra para la melodía más hermosa de todos los tiempos “Amazing Grace” o “Sublime Gracia”.

La práctica de escribir himnos “nacidos del corazón” era algo extremista para la época, donde los himnos se cantaban en forma repetitiva, monótona, y con poco sentimiento, son originados himnos como “Cuan Dulce el nombre de Jesús”, “Grandes y maravillosas son tus obras”, entre muchos otros.

La Iglesia que pastoreaba Newton llego a ser una de las concurridas de la época, y tuvo que predicar en otros lugares de Inglaterra, Por lo cual declaro que “Únicamente la asombrosa Gracia de Dios podría haber tomado a un rudo, profano, traficante de esclavos, marinero y transformarlo en un hijo de Dios”

Tumba de John Newton
En 1780 Newton deja la Iglesia en Olney, llegando a ser pastor de otra Iglesia en Londres, donde conoce a William Wilberforce, quien se convertiría en el líder de la campaña por la abolición de la esclavitud en Inglaterra, que se obtuvo finalmente en 1807 en el mismo año que murió Newton.
John Newton predicó hasta el final de sus días sobre la maravillosa Gracia y misericordia de Dios, y proclamó en alta voz “Aunque mi memoria ya no funciona solo recuerdo dos cosas Que soy un gran pecador y que Cristo es mi gran Salvador” murió ciego, a la edad      de 82 años en Londres.

…“Mis cadenas fueron rotas, ahora soy libre, mi Padre y mi Salvador me rescato, su misericordia y su infinito amor reinan con su “Sublime Gracia”… Recuerda Dios te dice “Tu eres para siempre mío”.


Querido Dios, permíteme ser un instrumento usado para tu Gloria, y proclamar siempre acerca de tu gracia, misericordia y verdad, guíame a ser una mejor hija tuya, para que mi vida y testimonio pueda transformar a otros.

martes, 17 de agosto de 2010

La Expresion del Luto y el Dolor en la Cultura Judia

Continuando con las tradiciones hebreas con respecto al luto y el dolor, en este articulo aprenderemos acerca del rito tradicional y antiguo usado por los judíos como es el rasgar las vestiduras y ponerse cilicio, lo que significa para nosotros en la actualidad vestirse de negro.


La historia bíblica nos remonta a los tiempos de Jacob, cuando sus hijos con astucia lo engañaron haciéndole pensar que José estaba muerto.

"Entonces Jacob rasgó sus vestidos, y puso cilicio sobre sus lomos, y guardó luto por su hijo muchos días” Génesis 37.34

El termino hebreo (Keriá) significa Rasgar la ropa, es la manera religiosa de expresar la amargura por la pérdida de un ser querido y una expresión externa de las emociones interiores de aquel que está de luto. Han arrancado de la vida a un ser querido, “han creado un vacío” y llenar el hueco que ellos dejan con su partida es muy difícil.

La Keriá es obligatoria para los siete parientes (padre ó madre, hijo ó hija, hermano ó hermana, esposa/o) como señal de aceptación al juicio Divino que nos ha apartado de nuestro ser amado.

El oficiante de la ceremonia inicia un corte vertical en la ropa del enlutado con una tijera, o cuchilla; Cuando se realiza la Kería a una mujer, debe ser otra mujer quien inicie el corte de la ropa.

Por la muerte del padre o madre, se acostumbra hacer la Keriá en el lado izquierdo, a fin de descubrir el corazón. Por la muerte de los demás parientes, se acostumbra hacer la Keriá en el lado derecho. Los Jóvenes menores de trece años, o niñas menores de doce años, deben también rasgar sus vestimentas cuando poseen la madurez emocional necesaria para comprender la pérdida familiar.

Según la antigua costumbre judía, la Keriá en que rasgamos nuestras prendas debe realizarse de pie, ante nuestro ser más querido que yace frente a nosotros. Esto nos enseña que debemos sobreponernos a nuestro dolor con la frente en alto. Aunque el futuro sea incierto, no hay que rebelarse contra un destino que ha marcado nuestras vidas con momentos desagradables.

En la cultura hebrea exhibir al muerto se considera deshonroso y falto de respeto. Por consiguiente, durante el velatorio el cuerpo permanece cubierto. En camino al lugar de descanso eterno de la persona fallecida, se recita el Salmo 91.

"...pues polvo eres y al polvo volverás". (Génesis 3.19)

la palabra hebrea es Bereshit es la obligación de enterrar a los muertos en la tierra y la costumbre judía es colocar una pequeña piedra o un puñado de tierra sobre la sepultura y despedirse del muerto antes de retirarse.  La ley judía prohíbe los entierros en mausoleos y las cremaciones.

El Yurtzait es la palabra hebrea que corresponde al día del fallecimiento en el calendario hebreo, es la ocasión en que recordamos nuestra deuda para con el pasado y nos preocupamos de mantener vivo el recuerdo de nuestro seres amados porque Dios ha prometido una vida de recompensa Divina, y nada puede compararse con el regocijo, la felicidad y el deleite que el alma de un hombre experimenta cuando está próxima a Dios en el mundo espiritual.

Las observancias tradicionales judías relativas a la muerte y al luto cumplen con el propósito múltiple de recordar al ser amado que ha muerto, honrar su memoria exaltando en nombre de su alma al Creador y confortar a los enlutados.

En estos tiempos modernos el luto y el dolor no se expresan tan abiertamente, por vergüenza, por posición social o por evitar la crítica y esto conlleva a que la persona reprima sus emociones y sea parte de una sociedad insensible, que ve el luto y el dolor como una expresión de debilidad o algo cursi donde el mensaje más ruidoso y persistente es silenciar el alma y sus sentimientos.

Querido Padre Celestial, gracias por aprender de la cultura judía lo relativo a la muerte y el luto, que esta herida profunda en mi corazón, algún día pueda sanar y yo pueda ver algo positivo a tanto dolor.

martes, 3 de agosto de 2010

Una Visión Hebrea del Proceso de Duelo

La sanidad del duelo es un viaje no un destino, en el viaje hacia la sanidad nosotros debemos tejer y entrelazar nuestras pérdidas con nuestra propia vida, y para hacer esto necesitamos utilizar las herramientas adecuadas como son los periodos sucesivos de duelo.

Aunque los pueblos en la era moderna han perdido su cultura y sus tradiciones autóctonas, y el mundo ha cambiado con la tecnología y la modernización, existe aún en nuestros días una cultura que ha preservado sus valores tradicionales, y que se mantiene intacta a través del tiempo, tal vez ya la han reconocido, es la Cultura Hebrea, el pueblo judío que mantienen los usos y costumbres bíblicas antiguo-testamentarias.
En la Cultura Hebrea ‘El Rito de Sanidad”, representa el acto de enfrentar los eventos de perdida sintiéndose completamente vulnerables e indefensos. La ceremonia se realiza con el cumplimiento de tres periodos sucesivos de duelo; el primero cubre la primera semana o los primeros siete días. Tomando como ejemplo bíblico a José, el hijo menor de Jacob, que hizo duelo por su padre por siete días cumpliendo el termino hebreo “Shiva.”

“Y llegaron hasta la era de Atad, que está al otro lado del Jordán, y endecharon allí con grande y muy triste lamentación; y José hizo a su padre duelo por siete días” Génesis 50.10
“SHIVA” término hebreo que significa “Siete” es el modelo judaico que representa la primera semana de duelo, la ceremonia indica que los que están en luto, experimentan una profunda perdida deben quedar fuera de circulación. El sentido no es perder la realidad de lo que está pasando es “parar” hacer un STOP en el ritmo de la vida, “el show no debe continuar”, porque se ha producido un desgarro en lo profundo de nuestro ser y nuestro corazón se ha hecho pedazos, nuestra vida requiere reparación y utilizar ganchos de ropa para sostenerse no es suficiente.
En la primera semana de luto, los que están en luto no realizan trabajo alguno; no se visten ropas nuevas; no se cortan el cabello ni la barba; no se debe asistir a ninguna celebración ni fiesta; todas las obligaciones deben ser canceladas se debe ir adentro de nuestro propio ser y concentrarse en la memoria de los seres queridos que se han perdido.
También, durante estos primeros días del luto no se debe abandonar la casa; los familiares deben proveerles alimentos y deben entrar a la casa sin zapatos. Se debe mantener una vela encendida en memoria de los seres queridos, los espejos de la casa deben ser tapados , como señal que durante la primera semana no se dedica interés ni esfuerzo a nuestro propio cuerpo sino a la memoria de nuestros seres queridos.
Los que están en luto no se sientan en sillas de altura normal, sino en bancos bajos, de ahí se origina el término “sentar shiva” , que representa a los familiares o amigos acompañando al que está en luto, en su paso por el valle de las sombras producidas por la muerte, el miedo y el enfrentarse a lo desconocido, significa compartir ,amarles y recibir su amor en la forma más incondicional.
El segundo periodo de luto, cubre los primeros treinta días o el primer mes, desde el momento de la muerte del ser amado. “SHLOSHIM” es el termino hebreo que significa los primeros 30 días o el primer mes, los enlutados reinician las actividades normales, con pasos pequeños de bebe regresan a la vida, que nunca volverá a ser “normal”, realizan sus habituales trabajos, pero aun no pueden cortarse el cabello, ni asistir a celebraciones, el luto deja de ser obligatorio con excepción que el fallecimiento sea del padre o la madre o ambos, como mi propia experiencia.
El tercer periodo de luto, abarca el primer año o los primeros doce meses, “AVELUT” que significa los primeros meses hebreos desde el momento de la muerte, extendido solo en el caso de la pérdida del padre o la madre o ambos, es la ceremonia del primer aniversario, el primer año que es el primero de todas las cosas que hemos tenido que aprender, no es la clausura o completación del proceso del luto, porque la sanidad requiere tiempo, y continua siendo un proceso activo, donde aprendemos a coexistir con el dolor y la pérdida, invitando y abrazando a estas a nuestra propia vida, y una vez que nosotros hacemos esto, el luto comienza a enseñarnos.
En la cultura modernista y dentro del ámbito cristiano donde estoy afrontando mi proceso de duelo, se hace practica del refrán “la procesión va por dentro” porque la exteriorización de las emociones, y la manifestación propia del dolor debe mantenerse en secreto, y se espera que los que están en luto, regresen a la realidad pronto, aun el llorar es una expresión de debilidad o falta de espiritualidad y a nivel cristiano se afirma que nuestros seres queridos están en el cielo, pero los que estamos enfrentando el luto estamos aun en la tierra, experimentando la perdida, el dolor, la ausencia, la compañía, y ese amor incondicional de padres que han dejado un gran vacío y un gran hueco en el corazón. Aprendamos de la cultura hebrea que nos enseña a compartir el amor, acompañar a la persona que está en duelo, y expresar las emociones y el dolor con libertad.

Querido padre, Gracias por la Cultura Hebrea, por ese linaje escogido, que mantienen y preservan estos usos y costumbres bíblicos, y por enseñarme a vivir con el dolor y la pérdida en este primer aniversario de la muerte de mis padres.