A Telesforo y Ana Figueroa dos años después de su partida

“Si, pues habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde esta Cristo sentado a la diestra de Dios. Poned la mira en las cosas de arriba. Porque habéis muerto y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios. Cuando Cristo, vuestra vida, se manifieste, entonces vosotros seréis manifestados con él en gloria” Colosenses 3: 1-4

Hace ya casi dos años repentinamente y de forma abrupta partieron mis padres, los dos al mismo tiempo, tal como estuvieron unidos en vida, juntos partieron a la eternidad y ahora aproximándose la fecha de su segundo aniversario de su muerte, en este mes de mayo mis sentimientos están revueltos como si fueran una montaña rusa, experimento nostalgia, tristeza, y el dolor de su ausencia y separación parece insoportable.

Solo se que el amor de Dios no me ha abandonado y ahora estoy aprendiendo a confiar en sus promesas, en su Palabra, en su Confort, en su esperanza de un mundo mejor mas allá para cada uno de nosotros, en la realidad de la morada celestial que Dios ha prometido a todos los que le aman. Si, aun tenemos esperanza, aunque todo a nuestro alrededor perezca, El seguira siendo nuestra fuente de fortaleza y por esto sigo en pie, con dolor pero con esperanza en la Eternidad, con la esperanza de vivir eternamente con Dios en los cielos y con la firme convicción de volverlos a ver cuando sea mi tiempo de ir a mi verdadero hogar.

Este es el tiempo para pensar acerca del cielo, es el tiempo para hablar acerca de esperanza, es la oportunidad de recibir y compartir esperanza, la esperanza básica y única que Jesucristo vino a darnos “la realidad de la vida eterna con El en el cielo”

Mis padres escucharon la voz de Dios diciéndoles Telesforo y Ana ”Vengan a mi Reino y síganme” Desde el momento mismo que recibieron a Jesucristo como su Salvador Personal, no quitaron la mirada en lo eterno, nunca regresaron atrás y anhelaban estar en la ciudad Celestial, siempre la eternidad fue parte de su vida terrenal como su fe y su confianza en las promesas del padre.

Yo creo con todo mi corazón que Dios cumplió su propósito en ellos y también creo que Dios preparo sus corazones para ir al cielo, los preparo para decir adiós a este mundo y estar listos para la vida celestial, las palabras que encontre escritas por mi padre y que estan en la columna derecha de este blog asi lo corroboran.

Mis padres conocieron, predicaron y enseñaron a otros que la vida del creyente esta “escondida con Cristo en Dios”, aunque su muerte fue violenta, repentina y absurda, tanto su salvación como la esperanza del futuro de una vida con Cristo para siempre estaba asegurada.

Aprender a hablar acerca del cielo en medio del sufrimiento ,es la gran lección que se aprende con dolor; duele la perdida, la muerte, la separación, y la vida te cambia para siempre. Nunca volvemos a ser los mismos, en ocasiones endurecemos nuestros corazones, culpamos a los demás, desconfiamos de todo el mundo, nuestro carácter y temperamento cambia, a veces somos insoportables, pero por otro lado melancólicos, tristes, en mi caso me he vuelto muy sensible, me desespero y lloro muchas veces , son aquellos momentos inevitables que llegan y nos hacen vivir emociones, sentimientos, culpas, tristezas.

Aunque enfrentar esta realidad ha sido muy dificil, la esperanza de volverles a ver y compartir una eternidad juntos alimentan mi fe y me consuelan al pensar que ya han visto al Redentor Prometido Cara a Cara.


Padre celestial, Gracias por la esperanza de una vida eterna, por la oportunidad de que en un futuro vere a mis padres nuevamente y compartiremos juntos la eternidad en la morada celestial.