Al mirar los cielos sé que hay una vida más allá del sol, imaginemos estar ante la presencia del Rey de Reyes, Señor de Señores…!
Los pastores de los Alpes tienen una hermosa costumbre y es despedir el atardecer, cantando, cuando el aire es más puro y el sol comienza a ocultarse y las canciones pueden ser escuchadas a muy largas distancias, ellos reúnen sus rebaños y los guían hacia los caminos de las montañas, cantando sobre la misericordia de Dios.
Y con esta hermosa costumbre ellos cantan una cortés y amable despedida que hace eco de una montaña a otra, hasta que suavemente la música se va apagando en la distancia.
y Así con el sonido de muchas voces , el pueblo de Dios, en los cielos Cantará y Adorará para siempre y sus ecos se oirán como una tormenta de Aleluyas, que rompen como truenos de olas alrededor de Su trono de Zafiro, entonces cuando la mañana raya al alba nosotros podremos encontrarnos a la orilla del Mar de Cristal(Ap.4.6), clamando con los redimidos huéspedes del cielo “Al que está sentado en el Trono, al Cordero, sea la Alabanza, la Honra, la Gloria, y el Poder, por los Siglos de los Siglos” (Ap.5.13)
En la Eternidad vamos a ser levantados a la Semejanza de Jesucristo ante tronos, arpas, cantando salmos y seremos vestidos de vestiduras blancas, y estaremos mirando el Rostro de Jesús, y compartiendo la Adoración con los Santos, experimentando la Gloria de Dios, la llenura de la eternidad e infinito gozo.
Dios ha escrito el capítulo final y tiene que ver con la satisfacción legitima y el gozo eterno de quienes lo aman, La vida no termina con la muerte, porque la Eternidad con Dios será más hermosa de lo que jamás hayamos imaginado.
Saben queridos hermanos, aunque mi presente es muy doloroso y aunque esta realidad tan difícil queme mis huesos, aun tengo la esperanza de volver a ver a mis padres, se que ellos están sentados alrededor del trono de zafiro, en las orillas del mar de cristal, clamando con los redimidos como huéspedes de los cielos; y así como ellos me recibieron al nacer y me abrazaron, así mismo sucederá en los cielos, ellos me recibirán por segunda vez en la eternidad, y estaremos reunidos juntos para siempre…
“Y cantaban una nuevo cantico, diciendo: Digno eres de tomar el libro y de abrir sus sellos; porque tú fuiste inmolado, y con tu sangre nos has redimido para Dios, de todo linaje y lengua y pueblo y nación;” (Ap. 5.9)
La canción del pueblo de Dios alabando la obra de Cristo, El nos congrega como reino haciéndonos sacerdotes y en el futuro reinaremos con El. Adore y Alabe a Dios por lo que ha hecho, lo que hace y lo que hará a favor de todos los que confían en El.
Querido Padre Celestial, cuando me doy cuenta del futuro glorioso que me aguarda, tengo más fuerzas para afrontar esta dificultad presente que tú has enviado a mi vida y más esperanza acerca del futuro.
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