domingo, 11 de diciembre de 2011

Una inspiracion con vista al Cielo “El Mesiah” Aleluya

Quiero recordarles esta hermosa historia inspiradora que nos seguira hablando por siempre a nuestro corazon, y que por esta epoca se oye con gran poderio, si  esta obra de arte sigue siendo el gran espectaculo en presentaciones de grandes sinfonias y aun toca vidas y corazones, espero se deleiten y gocen de esta preciosa historia y melodia.
“Y oí como la voz de una gran multitud, como el estruendo de muchas aguas, y como la voz de grandes truenos, que decía: ¡Aleluya, porque el Señor nuestro Dios Todopoderoso reina!” Ap.19.6
Un impresionante vislumbre de la eternidad es experimentado al oír la alabanza grandiosa de una gran multitud que suena como las olas que chocan contra las rocas en el mar, es algo sublime, angelical, es una visión espectacular y majestuosa, con eco de voces de tormenta de aleluyas, ante el Único que merece toda nuestra adoración, Jesucristo el Rey Inmolado, al REY DE REYES Y SENOR DE SENORES. Aleluya, Aleluya, Aleluya, Aleluya, Dios omnipotente reina…!
  Así comienza uno de los más amados himnos de todos los tiempos, conservado en los más antiguos himnarios que tienen más de doscientos años de historia. El autor de estas palabras fue George Frederic Handel, quien fue transportado al cielo en una visión majestuosa inspirando la melodía más hermosa de todos los tiempos.
  En Londres en 1741, cuando Handel estaba en medio de la desesperación, la bancarrota y sintiéndose deprimido y derrotado, salió a recorrer las solitarias calles de Londres, pero su mente divagaba en la oscuridad de la noche, buscando respuestas a sus íntimas preguntas, camino toda la noche hasta el amanecer.
  Cuando regreso a su humilde habitación, encontró un sobre que contenía los libretos acerca de la Vida de Jesucristo y su Obra de Redención, escritos por Carlos Jennes un devoto anglicano que esperaba que Handel a través de su música le diera vida y honor a sus escritos.
  Cansado física y mentalmente, intento conciliar el sueño, pero fue vencido por una maravillosa visión, nunca jamás experimentada; se levanto y se fue a su piano y comenzó a escribir día y noche por tres semanas, escribió fervorosamente más de 260 páginas musicales; olvidándose de comer, dormir o descansar, y se negó a hablar con alguien, hasta que completo su obra magistral.
  Con la inspiración venida del cielo, evocando notas musicales mágicas, brillantes y majestuosas y con sonidos que parecían indescriptibles, digno de un gran compositor que parecía volar con sus dedos encantados, George Frederic Handel, dio origen a la hermosa melodia “El Mesiah, Aleluya” y al terminar su Obra maestra, con lágrimas en sus ojos, exclamo: “Yo creo que he visto todo el Cielo ante mí y al Gran Dios en su Reino.”
  La primera presentación de su gran Obra maestra fue en Abril 13 de 1742, ante un gran auditorio, la demanda de los tickets fue tal que los hombres tuvieron que dejar las espadas en sus casas y las mujeres sacar los aros de sus amplias faldas, esto para facilitar la entrada de más de cien personas extra al concierto.   Los sonidos que se oían eran indescriptibles, el maestro fue ovacionado, y alcanzo la fama del mejor compositor de todos los tiempos, llego al pináculo de su carrera, con la más hermosa pieza musical “El Mesiah , Aleluya”.

  Cuando George Frederic Handel fue invitado a Londres, El Rey que escucho por primera vez, la más hermosa melodía de todos los tiempos, “the Hallelujah Choros” El “Mesiah Aleluya”, El Rey se levanto frente al al auditorio para ovacionar por medio del aplauso al mayor compositor de todos los tiempos, dejando esta actitud como costumbre que prevalece en los grandes auditorios, en las salas de concierto y en las Iglesias, para honrar al músico, al compositor, al artista que magistralmente toca los corazones, e impacta las vidas.
  Hasta su muerte George Frederic Handel concluyo 30 obras musicales, donde millones de personas volvieron a recobrar la fe y la esperanza con sus mensajes acerca del Salvador, en el Gran Rey de Reyes, Señor de Señores, la composición de “EL Mesiah . Aleluya” se convirtió en la pieza musical más querida de todos los tiempos, es un gran trabajo musical que combina orquesta, coro y solistas, con textos bíblicos, acerca de la Vida de Jesucristo y la Historia de la Redención.
  George Frederic Handel, murió un día antes de la Semana Santa de 1759, esperando encontrarse con su Dios bueno, su dulce Padre y Salvador prometido. Pero hoy sigue siendo recordado por sus hermosas melodías y sus majestuosos escritos.
Y oí una voz del cielo como estruendo de muchas aguas, y como sonido de un gran trueno; y la voz que oí era como de arpistas que tocaban sus arpas” Ap.14.2.
  Arpas, antiguos instrumentos de cuerda, que acompañaron los canticos del pueblo de Dios, es la representación de todas las naciones alabando a Dios delante de su trono.
Adore y alabe a Dios por lo que ha hecho, lo que hace y lo que hará en favor de todos los que confían en El, porque cuando nos damos cuenta del futuro glorioso que nos aguarda, hallaremos las fuerzas para afrontar las dificultades presentes.
  En este proceso de duelo, luto y perdida por la muerte de mis padres estoy aprendiendo a adorar y alabar mas a Dios, son las canciones, melodías y alabanzas que levantan mi corazón y me llevan a una relación más intima y personal con mi Dios, se que El no me ha abandonado y está cumpliendo su propósito en mi, y me inspira a escribir, a compartir con otros mi dolor, a ser más sensible a las necesidades de otros, a vivir cada momento de mi vida con más intensidad.
  Porque cuando todo parece desmoronarse, cuando la perdida y el dolor te hacen pedazos, solo Dios te puede levantar de en medio de las cenizas, del luto, de la desesperanza renovando tu espíritu y ofreciéndote la oportunidad de comenzar de nuevo.
  Despierta el Handel que hay en ti, Levántate, Vive, Vibra, Haz todo lo que este a tu alcance para Renovarte y comenzar de nuevo, mientras tanto yo te invito a que escuches, disfrutes y te deleites en esta hermosa pieza musical de todos los tiempos “El Mesiah Aleluya.”
Padre Celestial, Gracias por inspirar a esos grandes compositores y colocar música a nuestros oídos, que mi Alabanza y Adoración hacia ti sea siempre sincera, con reverencia, humildad y con todo mi corazón, como TU la mereces.

sábado, 1 de octubre de 2011

Ponga su esperanza en Dios

La ley de "esperar" rige en gran parte del universo,  por ejemplo en una sala de operaciones laborar demasiado rápido, con demasiada cantidad, demasiado poco o demasiado tarde podría ser una tragedia.

 En el  tiempo de guerra  atacar en el momento equivocado podría costar la batalla o en un maratón correr sin haber entrenado lo suficiente podría ser un fracaso;  comer un pastel a medio hornear   o recoger la cosecha antes de tiempo siempre traerá consecuencias negativas.
Tal como el “esperar” rige en todos los estamentos de la vida,  en tiempos de  necesidad, dificultades y problemas  el  ejercitar la fe y la paciencia es algo más que imprescindible para enfrentar la adversidad.
 “Espera en Dios”  Sal.43.5
Nunca habrá un tiempo cuando nosotros no podemos esperar en Dios cualquiera que sea nuestra necesidad o en la más grande dificultad que enfrentemos, cuando nuestra situación parece imposible nuestro trabajo es “esperar en Dios”.
 Nuestro trabajo es dejar nuestras peticiones ante el padre y con la simplicidad de un niño derramar nuestros  corazones ante El,  depositar ante el  trono del padre nuestro  clamor,  tristeza, lágrimas,  es  liberar nuestra alma.
“Esperar” en el Señor no significa quedarnos paralizados ya que Dios tiene un plan concreto con nuestra vida.  Tómese del escudo de la fe que  es un ancla fuerte que nos sostiene firmes cuando los vientos de la tormenta emocional nos golpean.
Dios siempre tiene un bien mayor en mente, muchas veces nuestra compresión espiritual es muy limitada, pero El lo ve todo, y El desea que nosotros pasemos  por el tamiz de su voluntad, su propósito, su plan.
Nuestra “espera” nunca será en vano ya que en el tiempo perfecto de Dios vendrá la respuesta a nuestra petición según su voluntad, y  sus ilimitados recursos  siempre estarán  disponibles.
“Esperar” no significa estar ociosos, simplemente es hacer una pausa, no actuar hasta recibir instrucciones  claras;  requiere valor,  demanda paciencia y exige confianza, es  mantenerse firme contra la presión de los demás,  y en silencio aprender la más difícil de las lecciones.
Y cuando llegue el tiempo preciso y perfecto a los ojos de Dios avance  con osadía, confianza, valor, fuerza y absoluta seguridad de que El  cumplirá su palabra en su tiempo, a su manera y en su hora.
El tiene un plan y diseño para nuestras vidas que se ajusta perfectamente a cada sufrimiento, cada dolor y cada problema que enfrentamos.
No importa que dolor, prueba o tragedia se le presente en el camino, regocíjese de que nuestro padre celestial siempre  estará allí para asegurarse de que  todo obre para su bien, sin importar que suceda.

Querido Padre Celestial   gracias por las pruebas y las bendiciones que envías a mi vida, sigue proveyéndome de tu gracia y tu misericordia para aguantar bajo la presión que viene de la prueba, la tragedia y la perdida.

miércoles, 31 de agosto de 2011

El suave toque de las manos del maestro

Allí estaba el viejo violín  lleno de polvo,  se veía maltratado, marcado por el tiempo, como si  hubiera sido olvidado por su dueño, y parecía sin valor.

El dueño de la subasta  tomo el viejo violín para rematarlo,  no quería invertir demasiado tiempo  ni tampoco estaba dispuesto a demandar una gran cantidad por el  pero  finalmente, comenzó  a hacer oferta  desde 10, 20 y luego 25, pero nadie ofreció nada.
 De repente del fondo del lugar de la subasta, llego un hombre de cabello cano y  piel  ajada por el tiempo, haciendo  una venia se inclino ante el público,  tomo el viejo violín, sacudió el polvo  que había sobre este,  le afino las cuerdas y empezó a tocarlo.   Fue así como de ese instrumento sin valor ni significado se escucho una dulce y hermosa melodía, tan dulce como la voz de un ángel;   El publico quedo inmerso, asombrado y admirado por lo que habían escuchado, el hombre que toco el violín se inclino,  de regreso ante el público, hizo otra venia y se despidió, desapareciéndose en medio de la multitud.

Nuevamente el subastador, comenzó  el remate del viejo violín, aumentando su valor y  sonriendo dijo:   Este ha sido “tocado por las manos del maestro “  Y ahora vale más de un millón de dólares.
Cuando la vida se torna difícil, cuando nuestras circunstancias cambian, en los momentos de dolor, en los tiempos de angustia, pruebas, en momentos de perdida, cuando enfrentamos la muerte de nuestros seres amados, y nos vemos  frente a una realidad que nunca nos imaginamos que sucedería,  nuestras vidas quedan fuera de tono, desafinadas, sin color y devaluadas  es entonces cuando   necesitamos  ser tocados por  las manos del maestro y clamarle :

 “Invócame en el día de la angustia; te librare y tú me honraras”    Salmo 50.15
No olvidemos que Dios es omnisciente y que El ve el final desde el principio y sabe exactamente que saldrá de nuestros dolores  y perdidas, aunque no entendamos las razones debemos confiar en que El hará lo mejor en nosotros,  sin importar como se vean las circunstancias a nuestro alrededor,  Dios conoce el curso de acción en cada situación y  solo beneficiara a sus hijos.

Es así como en esos momentos de prueba y dolor, El está obrando de manera que desconocemos para darnos alivio y esperanza en medio de cada dificultad, por eso confiemos que El nos dará siempre lo mejor, porque El nos creo y nos conoce completamente.
Amados lectores,  dejemos  que  aun en las circunstancias más difíciles nuestras vidas  sean tocadas por las manos del maestro y permitamos que su toque sea  el bálsamo en nuestras desafinadas vidas, para  así obtener   la paz y la serenidad.   Dios es soberano, omnisciente y amoroso y nada puede tocarnos excepto lo que El permita además  tiene un propósito para cada situación en que nos encontramos, con Dios no hay coincidencias ni casualidades siempre habrán propósitos, porque Él es el arquitecto detrás de toda bendición  o prueba  que se nos presente.

Querido padre celestial  gracias por  el toque de tu mano sobre mi vida, por cada circunstancia adversa que tú has permitido para mí y por enséname a confiar en ti en cualquiera que sea mi situación.