domingo, 6 de junio de 2010

Cuando todas las cosas son para nuestro bien

“Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados” Romanos 8.28


Que tremendo clamor hace Pablo, El no dice “algunas cosas, o “la mayoría de las cosas” o” las cosas que nos producen satisfacción” se refiere a “TODAS las cosas”. Esta promesa se extiende desde el más pequeño detalle de la vida hasta la más importante y desde la realización de la más humilde tarea diaria en comparación a la grandeza del trabajo que Dios realiza en nosotros durante el tiempo de crisis.

Cuando Dios orquestra “todas las cosas…ayudan a bien” compone la más hermosa de las melodías que hace posible que todo redunde para nuestro bien, pero esto no significa que todo lo que nos pasa es bueno, porque siempre debemos tener presente que Dios no está ocupado en hacernos felices, sino en cumplir sus propósitos y aunque lo malo sigue prevaleciendo en nuestro mundo caído, Dios es capaz de cambiar todas las circunstancias a nuestro favor.

Las experiencias en la vida de José le enseñaron que Dios saca cosas buenas de lo malo para aquellos que confían en El, Dios produjo algo bueno de la maldad de sus hermanos, de la falsa acusación de la esposa de Potifar, de la negligencia del copero y de los siete años de hambruna. Nosotros también Podemos confiar en El porque, como José aprendió, Dios puede anular las malas intenciones de los hombres para cumplir sus propósitos.

“Vosotros pensasteis mal contra mí, mas Dios lo encaminó a bien…” (Génesis 50.20)

Esto no fue casualidad que las manos de los incrédulos hermanos,
Vendieran a José como esclavo a una nación extranjera,
Esto no fue casualidad que después de tantos años de sufrimiento,
Fuera llevado y puesto ante el trono de Faraón.

Esto no fue casualidad que el ojo que todo lo ve,
Hubiera visto la necesidad de miles,
Y pensó en la provisión a través de un alma solitaria,
Esto no fue casualidad que José pasara de esclavo a Gobernador,

José enfatiza su fe de que Dios cumpliría lo que había prometido,
Esto no fue casualidad que su tiempo de espera fuese recompensado al final;
Porque su propósito era consolar a otros en base a su propio sufrimiento,
Y ser un testigo triunfante y viviente de la fe en los últimos tiempos.

Porque “Dios lo encamino a bien,” no hay otra razón,
Esto no fue casualidad que el mismo Dios de José sea el mismo hoy;
Que Su amor permita pasar por aflicciones extrañas y amargas,
Esto no fue casualidad que Dios viera el fin desde el comienzo.


“Dios lo encamino a bien” con respecto a José, pero también se refiere a todos aquellos hombres y mujeres que vivieron por fe, sus ejemplos deben inspirarnos y llenarnos de Valor, y recordarnos siempre que ninguna circunstancia esta fuera de su plan, y El usa “todas las cosas” para nuestro bien , aunque esto incluya, dolor, perdida, soledad, tristeza y aun la muerte misma, Dios tiene el control y El sigue aun hablando y sigue aun contestando y aquel  que quiera oír aun puede percibir su voz de amor, solo Buscadle y viviréis…

Querido padre Celestial ayúdame a renovar mi entrega y mi fe, que pueda aceptar y entender algún día el propósito de esta gran perdida en mi vida, y sigue guiándome en mi transitar por este camino de luto y dolor.

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