viernes, 21 de enero de 2011

Escalando las montanas de la esperanza


“La tierra a la cual pasáis para tomarla es tierra de montañas y de valles, que bebe las aguas de la lluvia del cielo. Deuteronomio 11: 11
Estamos comenzando un nuevo año y hemos empezado a tomar posesión de este, Hacemos nuevos planes, tenemos nuevos sueños, nuevas metas pero también tenemos la incertidumbre de saber lo que vendrá, nos preguntamos cuales son los nuevos cambios que enfrentaremos, que nuevas experiencias atravesaremos en el camino, que nuevas necesidades se levantaran ante nosotros.

En medio de la expectativa de lo incierto y lo desconocido llega a nuestros oídos este mensaje de esperanza y de ánimo:

El padre tu Dios te cuidara y sus ojos estarán continuamente sobre ti desde el comienzo del año hasta el fin” Deuteronomio 11: 12

Que promesa más maravillosa se presenta ante nosotros, es la promesa del padre nuestro Dios, El es quien nos cuidara y sus ojos estarán sobre nosotros, El es nuestra única fuente de provisión, fortaleza y apoyo, y en Él están los manantiales, fuentes y arroyos que nunca faltaran, ni serán cortados ni secados y aunque estemos en medio de la angustia y la desolación podemos alcanzar el trono de gracia.

La tierra que nosotros vamos a poseer es tierra de montañas que recogen las lluvias, y riegan con abundancia cientos de fructíferos valles.

Necesitamos siempre de Valles y montañas para permanecer unidos al Soberano Padre. Escalar montañas, es como sobreponerse a las dificultades y frustraciones que llegan y nos dejan en el punto más bajo; vulnerables y sin esperanza, pero a la vez nos transportan al trono de la gracia de Dios donde obtenemos lluvias de bendición y aunque estemos enfrentando el proceso del duelo y llevemos con nosotros un pasado marcado con la huella del dolor y la pérdida a través de estas montañas, nosotros cumpliremos el propósito divino.

Cuando escalamos las montañas permanecemos más firmes, duros, robustos, aunque la tierra parezca árida y rocosa, es allí donde Dios quiere restaurarnos, reconstruir nuestras vidas, restablecernos y darnos la oportunidad de una nueva vida, un nuevo mañana y fructíferos valles.

Aquellos que renuncian a escalar montañas y prefieren caminos semejantes a la plana superficie del desierto serán enterrados bajo la tierra dorada y luego serán barridos y destruidos por los impotentes vientos, que borran su existencia para siempre.

Nosotros solo necesitamos creer y confiar que el Dios soberano, es quien nos protege, que El nos toma de la mano y nos guiara en nuestro camino cada día y entonces disfrutaremos de un buen y bendecido nuevo año.

Por esto siempre debemos clamar :

Padre, No muevas las montañas
Dame la fortaleza para escalarlas,
Permite que vengan los tropiezos,
Pero guíame Padre durante esta difícil etapa
Aunque mis cargas son muy pesadas
Y parecen difíciles de cargar
Yo no abandonare el camino
Porque tú has prometido estar conmigo
Y nunca soltarme de tu mano.


Soberano Padre, guíame en este nuevo año que comienza y fortaléceme para escalar todas las montañas que se presenten y a través de ellas crecer y desarrollarme mejor cada día.

2 comentarios:

  1. Gracias jenny, muy inspirador este blog O.C

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  2. Gracias por su comentario, este me anima a continuar adelante en este viaje.

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Hola: tus comentarios son bienvenidos y seran de bendicion. Gracias anticipadas.