"Mientras estaban en su casa Telesforo Figueroa y Ana Rosa de Figueroa, mis amados padres, fueron víctimas de un robo. Hombres malos con malas intenciones, interrumpieron abruptamente la paz de mi hogar, y con el propósito de robar, terminaron con sus vidas en forma violenta.
Cuando los ladrones irrumpieron el hogar de mis padres, Pudieron llevarse bienes materiales, pero no pudieron llevarse la relación con el Padre Celestial por medio de nuestro Señor Jesucristo.
No pudieron llevarse el amor de Dios por nosotros, ni el amor de mis padres a Dios.
No pudieron llevarse la salvación dada por Dios a través de su Hijo Jesucristo y ni siquiera una sola de las muchas bendiciones que Dios les había dado en el trascurso de toda su vida.
Les arrebataron su vida, pero eso solamente los hizo entrar de inmediato a la maravillosa presencia de Dios y la vida eterna, a gozar mas prontamente de la Ciudad Celestial, con Calles de Oro y Mar de Cristal.
Los ladrones no pudieron llevarse el Gran Libro de la Vida donde están inscritos sus nombres.
No pudieron quitarles el privilegio de entrar en el Cielo, la Casa de Dios, donde habitan en la Morada celestial preparada por Dios para ellos, allí Dios enjugara toda lagrima de los ojos de ellos, y ya no habrá más muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor, porque nuestra vida presente ya paso para ellos.
Pudieron llevarse los pasaportes, pero no pudieron quitarles la Ciudadanía Celestial donde hoy habitan.
Pudieron llevarse los anillos de casi 50 años de bodas, pero no la consagración del uno al otro, su verdadera amistad y su profundo amor mutuo.
Pudieron llevarse elementos que les habían sido regalados, pero no la amistad profunda y verdadera con amigos, conocidos, hermanos, Iglesias, Pastores.
No pudieron llevarse la satisfacción de saber que sus dos hijos adultos aman y sirven al Señor y que tienen conyugues en cuyas vidas esta la presencia de Cristo y que aman y sirven al Señor como ellos.
No pudieron llevarse la herencia y el gozo de haber sido maravillosos padres y ejemplos a seguir de vida cristiana.
Pudieron haberse llevado la cámara fotográfica pero ninguno de los hermosos recuerdos y experiencias acumuladas a lo largo de sus muchos años.
Pudieron llevarse libros y materiales importantes, pero no pudieron llevarse la pujante eficacia del evangelio que continua extendiéndose.
Los ladrones no pudieron llevarse la ventaja de saber que fueron muy amados y preciosos ante nosotros.
No pudieron llevarse el testimonio vivo y real de dos vidas que fueron fieles y devotos hasta su último momento.
Los ladrones no pudieron llevarse el privilegio, el honor, y el momento más anhelado en sus vidas de ver al Señor Jesucristo CARA A CARA , hoy están allí en su presencia LIBRES, de todas las ataduras de este mundo, gozando y alabando al Gran YO SOY, EL Rey de Reyes y SENOR DE SENORES, ellos mis padres hermosos, han vencido y heredado todas las bendiciones espirituales preparadas para todos aquellos que quieran imitarles y seguir su ejemplo de amor y consagración.
Los ladrones no pudieron llevarse el privilegio de haber sido instrumentos de Dios usados maravillosamente por Dios, que aun en el ocaso de sus vidas seguían fielmente sirviendo al Gran Dios Vivo y Verdadero; y aun en su muerte, brillaron como luminarias en un mundo que vive en oscuridad".
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Hola: tus comentarios son bienvenidos y seran de bendicion. Gracias anticipadas.